Preguntas de Los Niños
Cristina Fournier Beeche
El trabajar con los niños me hizo comprender muchas cosas. Las preguntas que hacen los niños son muchas veces una síntesis maravillosa y simple de los grandes dilemas. Recuerdo que un niño me preguntó porqué había gente que no los querían. Mi niño, le dije, cuando una persona tiene algo que otros no comprenden, se sienten atemorizados y se vuelven agresivos. Es como tener una joya que otros desean. Es como la flor que brota en un jardín y la primera intención que uno tiene es de cortarla, de tenerla en la mano. Si usted lo hace, la priva del esplendor del día. Muchas veces actuamos de acuerdo con nuestros sentimientos sin considerar la esencia de las cosas que deseamos. Las personas no se toman el tiempo para estudiar y para tener una visión completa de lo que pueden provocar sus acciones. Deje que la flor viva su día. Deje que la flor lleve su belleza y su alegría al mundo.
Al dejar quieta esa flor, también aprendemos a permitirles a las otras personas su espacio y su libertad. La ética nos enseña el valor de lo esencial: la universalidad del bien común. El bien común no solo pertence a la humanidad sino que también a cada creatura en el Universo. Y sobre todo, este bien común se valoriza a través del contraste, la pluralidad y la variedad.
Nosotros los artistas, caminamos por la vida maravillados del mundo que nos rodea. Nos deleitamos en observar la naturaleza de las cosas: la esencia de lo que queremos representar. Muchas veces damos la impresión de estar ausentes, chiflados o distantes. Es posible que nuestra mente está fijada en el próximo proyecto. Visualizamos traer a nuestra conciencia inmediata eso que queremos hacer. Lo sentimos, lo respiramos, lo escuchamos, y se hace aún más dolorolo e inquietante si no podemos lograr y traer a la vida lo que nos ha tomado muchas horas sacar de nuestro subconsciente a la superficie de nuestra vida.
Esta ansiedad de lograr expresar lo que ha estado en nuestra inmaginación y sujetar a la vida y para la posteridad el momento vivido, la persona observada, la canción que fue cantada; se vuelve un sentimiento muy intenso. Cuando se logra terminar la obra de arte, el artista también se convierte en el arquitecto de su propio tiempo y de su propia realidad. Su trabajo se convierte en un vehículo por el cual se mide una era, una civilización, una sociedad. Cada artista siente intensamente su momento. Su trabajo, aún sin quererlo, se convierte en el testigo del tiempo.